Huyó del verano
como quien huye de un huracán,
dejó la puerta entornada al triunfo
con un cubo de agua sobre ella.
Se puso el pijama,
apagó una vela
y los tres móviles
que nunca sonaban.
Dejó caer un ramo de flores
sobre la alfombrilla
y abandonó su lado oscuro
para siempre.
martes, 28 de agosto de 2007
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