martes, 24 de septiembre de 2013

Ingravidez

Desde la ingravidez
de este cielo anestesiado.
Desde la ingravidez
de un mundo
que ya ha claudicado.
Desde la ingravidez
de nuestro último adiós.
Desde la insensatez
de no querer olvidarte otra vez.

Parece innecesaria
esta necesidad
que necesito
como los mares
la ingravidez
del infinito.

Te quiero como un gato ama la infidelidad.
Te quiero como un peso pluma sin posibilidad.

La ingravidez de nuestro amor a veces pesa.
La pequeñez del corazón de las promesas...

Este desesperar.
Este saber que no hay remedio.
Este deambular por la vida.
Este intermedio.
Este atisbo de vejez
del presente al sonreír.
Esta desnuda ingravidez
que me trae tu nombre otra vez.

Te quiero de esta forma tan rara de querer.
Te quiero por tus ojos que siempre me obligan a volver.

No pediré ya nada
que pueda conseguir.
Tan sólo el asombro
distraído de vivir.

La ingravidez de nuestro amor a veces pesa.
Y esta embriaguez de eternidad sobre la mesa...




Diego Vasallo


miércoles, 18 de septiembre de 2013

KRYPTON HIRES PLUMBERS

1.

Un jubilado se coloca con tetracepam
mientras observa una obra abandonada.

2.

15-Mil muertos de hambre estallan
todos los tontómetros de la farmacia de una plaza
ante un reloj en horas bajas.

3.

Un enterrador ofrece caramelos
en la puerta de un colegio electoral.

4.

A una tarotista se le caen todas las cartas al suelo
e improvisa un mal augurio

5.

Un estudiante de telecomunicación
reparte propaganda en blanco
frente a una plaza de toros clausurada.

6.

Un viandante vuelve a cruzar
por debajo de una escalera
para deshacer el maleficio
con el temor de haberlo multiplicado por dos.

7.

En el barrio residencial suena un teléfono
y comienzan los gritos.
Todos lo saben:
Garnier la engaña con La Roche
y en un arrebato de celos
Púrpura Schamberg destrozará el tocador
quedando electrocutada.

jueves, 5 de septiembre de 2013

El teatro de la vida

Vamos fingiendo hasta el final el drama,
sólo que ahí morimos... y no es farsa.
¿Qué es nuestra vida? Farsa de tablado.
Nuestra alegría, fanfarria de interludio.
El vientre maternal, un camerino
en el que nos aprestamos a la escena.
El cielo, espectador grave y certero
que acalla al figurante sin talento.
La tumba que entre sombras nos retiene
es el telón que cae al fin del acto.
No es ninguna broma.
Sólo morimos en serio.


Sir Walter Raleigh








No volveré a ser joven 
Que la vida iba en serio
uno lo empieza a comprender más tarde
- como todos los jóvenes, yo vine
a llevarme la vida por delante.

Dejar huella, quería
y marcharme entre aplausos
envejecer, morir, eran tan sólo
las dimensiones del teatro.

Pero ha pasado el tiempo
y la verdad desagradable asoma:
envejecer, morir,
es el único argumento de la obra.


Jaime Gil de Biedma