domingo, 17 de julio de 2011

El plácido descanso bajo la guillotina

A ver qué echan esta noche
miro la programación
de la lavadora
helado de terror
de postre
y otros sabores
como tu “me río”
yo también lo intento
de verdad
y a veces
“no me gustaría palmarla”
como dijo Boris Vian
entre palomas y Jägermeisters
un poco más lejos del ruido
y más cerca de la muerte.


En la montaña
se puede respirar
el mismo aire
que de la grieta baja
y bajo ella
poder soñar
sobre la cama
en la montaña.
Mas siempre hay algo
que entorpece
los sueños lúcidos
algo como el miedo
o “El tontorrón verde”
Y abrir los ojos
de repente
es clavarlos en el roto
que amenaza
en desprenderse.


Y un grito
en lo hondo
de la noche
desde dentro
de un mal sueño
hacia fuera
me despierta
bajo el umbral
del ruido
y la muerte.
Lo retengo
y lo repito:
¡No me dejes!
¡No me dejes!


“No me dejes”
como dijo Brel
(no sabría decirlo mejor que él)
Yo nunca te dejaré
y aunque haya que dejar caer
alguna noche al vacío
si esa viga cruje mientras duermes
yo te empujaré hacia el ruido.


...


No encontrarás a nadie
que duerma más a gusto
bajo un techo
a punto del desplome.