domingo, 29 de abril de 2018

Maniobra de Heimlich para gatos

Te contaré una historia. 
Del último junio a este mayo 
he perdido 10 kilos 
y me han caído 100 años 
en los ojos y en la boca. 
Y todavía sonrío 
al apartar la mirada 
sin aceptar la derrota. 
El infierno fue un trabajo tras otro 
que fui apagando con mi cara. 
De centros comerciales  
a plazas de ciudades  
que plantan monumentos
y luego los abrasan.
Empecé un diario,  
se llamaba: “Días de resiliencia” 
pero las páginas ardían 
y yo no daba con la tecla. 
En la familia hubo tres muertes 
y una boda. 
No por ese orden 
y no, no es broma. 
Cada vez que me preguntaban 
si tenía novia, 
yo siempre respondía que no 
contigo en la cabeza. 
Pero esa es otra historia.