martes, 31 de julio de 2012

Pájaro Verde (Stop me if you think you've heard this one before)

El último párrafo
acaba en Montauk.
El cielo está de un tópico
que casi se me cae encima.
El cielo está de pelmazo
como yo de plomizo.
El cielo es un delirio
como un frasco de aspirinas
en un estómago vacío.
Del cielo cogeré al vuelo
el rastro de todos los pájaros
y ensamblaré las líneas perdidas.


Son las tres de la mañana.
Es la medianoche demoníaca.
Mañana será mejor que pasado
así que disfrutaré de mañana
antes de que pasen dos días.
Me levantaré temprano.
Iré al mercado por el carril verde.
Calcularé la compra
sólo hasta el último párrafo.
Traficaré con bicicletas
que suenan a microondas.
O con microondas
que suenan a bicicletas.
Qué más da de todas formas
si da igual de todos modos.
Cuando se trata de dar
una pedalada detrás de otra.
Antes de que el tiempo pase.
Antes de que acabe todo.
Tres años en África
sin una brizna de hierba.
Sexador de pollos
después de tantas noches de juerga.
Machacado a picotazos
en una fábrica de cera
estampada para colmenas.
Hace un tiempo
las ideas se desmelenaban
en mi cabeza
pero ahora que nada pienso
el pelo se me cae
de forma descabellada.
Alivio cómico.
Sensación de víspera.
Las palabras son como las hojas, *
cuando abundan *
poco fruto hay entre ellas. *
O bien una sentencia
cuando cae alguna
por su propio peso.


El último sollozo
será en un coche.
Cuando el último cielo
se me caiga encima
como el primero.
Cuando vea arrancadas páginas
en un diario en blanco.
Cuando hagamos
que no nos conocemos
en un vagón de tren
por habernos conocido tanto.
Algo nos sobrevolará
y no dejará ni rastro.




* Versos de Alexander Pope

jueves, 26 de julio de 2012

Estilo


Yo confieso

Conforme fui creciendo
conseguí estar
al nivel de las buenas personas
 siendo más malo
que las peores
pareciendo más bueno
que las mejores.
A veces
hay que tomar decisiones
y una vez
tomé la mía.
Ese día aprendí algunas cosas.
Siempre habrá alguien
que haga el trabajo sucio.
Acepté el encargo
al negarse mi primo
con la extraña valentía
del que jamás hizo
heroicidad alguna.
A la hora de la siesta
caminé monte arriba
bajo el yunque del sol
transportando
una bolsa oscura
llena de gatos
dispuesto a romperles el cráneo
contra la piedra más dura.
Era un niño
y necesitaba saber
qué se siente al matar.


Insistí unas tres veces
pero al faltarme el valor
me fallaba la fuerza.
Estampaba la bolsa
contra las piedras
pero los cachorros
no dejaban de moverse
y unos perros, a lo lejos
no paraban de ladrar.
No acabé el trabajo.
Solté la bolsa horrorizado
como quien se quita un problema
aun sabiendo
que sigue estando
y volví corriendo
monte abajo
a casa de mi abuela.
Le dije: “Ya está hecho”
La tarde continuó
en toda su confortable
normalidad.
Pero ese día aprendí
que siempre sería un cobarde
y un mentiroso.
Aunque os jure
que esto ocurrió de verdad
prefiero que no me creáis.
Era un niño
y necesitaba saber
qué se siente al matar.

miércoles, 4 de julio de 2012

I know it's over


Premonición

Tras el último desencuentro
me dejé caer en la cama
queriendo no existir
durante un rato pero
una sensación de desasosiego
me empujó a salir a la calle.
No esperé al semáforo en verde
y crucé corriendo
a punto de ser atropellado.
Al otro lado
los árboles eran inmensos
y las ramas rozaban el suelo.
Intenté esquivar una de ellas
y en la inercia caí a tierra
boca abajo, bajo un árbol.
Noté una presión encima de mí
un enorme peso
que no me dejaba moverme
y desperté
y no conseguía moverme
porque esa losa seguía encima
de alguna manera.
A duras penas
pude darme la vuelta
e incorporarme en la cama.
Al tiempo que el corazón
desaceleraba, en mi memoria visual
acabé reconociendo aquel lugar.
Y esta vez
bajé a la calle de verdad
en busca de una respuesta
con el mismo desasosiego que antes.
Y crucé esa calle
y llegué a esos árboles
y reconocí el del sueño
y bajo las ramas
donde yo acabé tumbado
había una enorme caja de cartón
que ponía:
“Fábrica de cera estampada para colmenas”
y dentro de ella
una cáscara de plátano.
Ni siquiera me hizo gracia,
estaba tan triste...
me senté en un bordillo
al lado de la caja
y reflexioné
sobre el último desencuentro.
Y de repente...
Va a suceder.
Va a suceder algo brutal pero necesario.
No va a ser en un sitio concreto.
Va a ser en muchos a la vez.
Más vale que os alejéis
de cualquier ciudad
de la ciudad donde estéis
y marchéis lejos, al campo, a donde sea.
Va a ser a nivel tecnológico
por llamarlo de alguna manera
ya que aún no tiene nombre.
Será el viernes.
Este viernes.
Viernes 6.

Presentimiento

Odiada
intangible
y las venas convertidas
en túneles de sosiego y peligro
inundan el cuerpo en mil sueños
cuando la leve espuma de la sombra
anuncia las visiones
que presiento.

Cual perfil de viento en el aire quieto
un temblor incierto persiste
en el espacio que mi cuerpo invade
en la luz que descubre y pervierte
la memoria gótica del terror
que siento.

Y se convierte finalmente en silencio
entre las ruinas del insomnio en el amanecer
en la más feroz sentencia imaginable
en el miedo definido a que me deje
condenado a vivir solo
con mis presentimientos.



Lois Pereiro