jueves, 31 de diciembre de 2020

Mujeres

Mira que las deseo.

Y qué poco me gustan.





Luis Alberto de Cuenca








Revelación

¿La vida?

Detrás, el voraz incendio.

Delante, un profundo

mar.

Y no sabes nadar.




Michel Gaztambide









viernes, 13 de noviembre de 2020

Escenas eliminadas

Paseo por un barrio desconocido,

las calles tan limpias no dicen nada,

con los años, la ciudad ha enmudecido,

las farolas velan a los vivos

en un ámbar de sueño eterno.

De repente, se oyen voces a lo lejos,

de lo alto de un edificio,

el último estertor de una fiesta acabada.

Escena bucólica de madrugada.

Dos chicas en blanco y negro

a través del ventanal de un ático.

Una intenta vomitar dos veces,

veo como repite el gesto,

la otra se ríe y un piano suena de fondo.

Busco un lugar donde cerrar el capítulo.

Ya no hay humo en los cafés

ni se escucha la radio en la barra.

Ya no hay perros deambulando por las calles

pero las calles son aún más tristes si cabe.

Pasa un taxi a toda prisa

y el móvil me avisa que mañana llueve.

Todos los coches parecen iguales.

El cielo es un fondo de pantalla

y las estrellas agujeros plateados

por heridas de bala.

En todos los bares te atiende la misma persona.

Los sobres de azúcar ahora dicen

que el amor no existe.

Me he hecho mayor

y todo a mi alrededor se muere.











lunes, 21 de septiembre de 2020

Y mientras los últimos lazos 

que me unían a la vida 

acababan de romperse, 

los días seguían transcurriendo, 

sucediéndose uno tras otro 

como cadáveres exquisitos. 








lunes, 14 de septiembre de 2020

No sé por qué me quejo

No sé por qué me quejo porque al fin estoy sola. 
Y el placer de tirar la ceniza en el suelo, 
sin que nadie te riña, 
Y untar pan en la salsa 
y beberse los posos, 
y limpiarse la boca con el dorso de la mano, 
cantar al vagabundo porque al fin fue valiente, 
ir matando los besos como si fueran piojos, 
beber blanco, 
pronunciar ciertas frases 
decir ciertas palabras, 
exponerte a que un día te borren de la nómina... 
No debiera estar seria 
pues vivo como quiero, 
sólo que a veces tengo 
un leve sarpullido. 



Gloria Fuertes









jueves, 20 de agosto de 2020

Por si alguien sabe algo

Me derretía cada vez que pasaba por delante de ella, 

como la tarrina de helado que compraba, por comprar algo… 

199 pesetas por una sonrisa, demasiado barato. 

Su caja, un altar al que iba a rendir culto,  

ella tan diosa, yo tan cobarde… 

La venus de los ojos verdes que luego parecían azules, 

el tonto de los helados... 

Han pasado veinte años, yo tenía 19, ella 25, 

o quién sabe, 24… 

La calle sigue allí, los coches, el supermercado… 

A veces vuelvo y la veo. 

Es imposible no verla. 

A veces vuelvo por si acaso. 












lunes, 17 de agosto de 2020

… o puede acaso compararse un amor heroico 

con, tal vez, veinte años de muermo ininterrumpido? 

¿Puede acaso compararse el lustre de la gloria 

con estas aguas turbias que somos del olvido? 




Rafael Berrio