lunes, 19 de febrero de 2018

Símil inverosímil

La puerta de la guardería infantil, 
lacada en blanco, reluciente, 
con ornamentos dorados 
y pomo de plata. 
La misma del puticlub de lujo 
a tres calles de distancia. 

Dilema de mierda

Segunda cita. 
Esta vez desemboca en su casa. 
Hay velas, incienso y birra. 
Vas al baño, 
abres la tapa del váter 
y te encuentras un regalo envenenado 
de importantes dimensiones. 
Tiras de la cadena ocho veces. 
Imposible, desesperas. 
Ya tardas más de la cuenta. 
Ajena a tu mala suerte 
ella escucha el combate 
de una guerra que no es tuya. 
¿Decirle la verdad y ser un miserable 
o ser caballeroso y parecer repugnante? 
Da igual lo que hagas. 
Todo se ha ido a la mierda.