martes, 28 de agosto de 2007

La profunda voz de Narizón

Narizón era un tipo duro
con cabellos blancos
y fumaba puros
mientras escribía falsas noticias
sobre sucesos
en lugares inventados.
Arlequín le proporcionaba
la mayor parte de la información.
Sólo trabajaban los domingos.
Eternos domingos de pijama y puros.
Narizón marcaba la pauta
pero Arlequín inventaba e inventaba...
El resto de la semana
Arlequín tocaba la mandolina
y Narizón cantaba.
Narizón tenía una voz astronómica
y Arlequín componía divinidades.
Un día Narizón cantó tan fuerte
que Arlequín se quedó sordo.
Arlequín no volvió a rasgar la mandolina
y Narizón comenzó a perder la voz.
Narizón escribió que Arlequín había muerto
y Arlequín lo asesinó.

Hay quien aún dice
que ninguno de los dos existió




pero yo escuché su voz.

Las veces que siento el final

Y no consigo escapar
de este lugar...

que nunca se olvida de mí


las noches de soledad.





El aire se acaba
la brisa se esconde en la nada
y no consigo dormir
sin antes dejar de contar
las veces que siento el final.


Amanecer sin argumentos
para acabar el día.


La esperanza es un gigante
abandonado
que tropieza con sus propios
deseos
y deja un rastro de mentiras.


La vida sólo se deja acariciar
y te obliga a que la quieras.


El aire se evapora
la brisa se arruga
y sigo sin poder dormir
y me apetece soplar
la última vela del fin.


Del fin de la eternidad.




...y no consigo escapar
de este lugar

Hablando de brujas

Esa especie de demonios
que en un tiempo fueron amantes.

A X le dije una vez:
"Te falta un tornillo"
y respondió convencida:
"¡No, me sobra uno!"
y se desenroscó de la sien
el imaginario y me lo entregó
diciendo:
"Mantente alerta, chaval."
Le gustaba sorprender
y a mí que me sorprediesen.
La acabé sorprendiendo con otro.

A Z no le gustaba recordar
y a mí sí,
me ofreció el presente
y yo la observé en el futuro
y entonces supe que jamás
me recordaría.
Siete años después me llamó
diciendo:
"Perdona, te tengo memorizado
como J
y ¡no sé de dónde has salido!"

A A la dejé escapar,
no supe cómo tratarla
y ella a mí sí,
me enseñó todo lo que es una mujer
y eso que era:
tranquila, espléndida, agradable,
dulce, sencilla, madura
y sincera.
A A no la dejé escapar,
escapé de ella.

y aún me sobran escobas por regalar...

Escorpión azul llega a nube 6

Escorpión azul llega a nube 6
y los chavos juegan al ajedrez
con figuras de chocolate.
Dos gallos se desgarran en Oaxaca,
Solycieno no apostará
hasta mañana,
cuando las cordilleras escupan
la última nube y Jazmín se sienta bella.
Edén tritura pétalos de rosa
y los mezcla con cerezas,
alcohol y menta
y se esparce el perfume por las tetas
para que Solycieno no saque el látigo
de madrugada,
cuando vuelva convertido en una rata.
El viento empieza a enfurecer
y no hay jarabe para la locura,
ha acabado la partida,
hay ojos rojos que no miran,
hay figuras sin cabeza,
el gallo de Yingo
no cantará al amanecer.
Solycieno se abrocha el cinturón,
los chavos beben tequila,
Jazmín se afeita, Edén se mezcla
y escuece el cielo.
Todo está envenenado.

Aplausos (ranchera croon)

Una solemne tontería
fue decir que me querías
fue decir que tus zarpazos
eran cálidos abrazos
y que me pertenecías.

Una vez en las entrañas
de aquel teatro sin gradas
con tu vestido de cuerdas
subida en un dromedario
conquistaste mis aplausos.

Amaneció aquel día
una grisácea lluvia
de cemento en mis cristales
de ese hotel que se erguía
entre las ruinas del pueblo
se apuntalaban los sueños
supe que te encontraría.

Tracioné a una delincuente
que quería darme suerte
le prometí una canción
y acabé robando a oscuras
con una mujer mayor
al final de aquel vagón
una botella de whisky.

Era mi octavo concierto
en "La gira del Señor"
todo iba a suceder
y yo no sabía ni un poco.
Me abroché las botas negras
caminé hasta la estación
encendí un cigarro,
quién sabe donde estarías...
y fue cuando comenzó.

Lunatic pandora

Dicen que algunos perros
huelen el cáncer
y que los chinos
ven la hora
en los ojos
de los gatos.
Y los crooner,
de vez en cuando
recortan monstruos
de la luna
y los pegan
sobre paisajes
de grutas verdes,
disimulando
estar borrachos.
Ése de traje
con algunos toques de humo
y desesperación
probó una pértiga
al infierno
y se rompió
cayendo en Purgatorio II
(Valencia.)
El hombre divorciado
que nunca aparece
en retratos
del cual se evita hablar
en público
quien fue retado
a abandonar la vida
y sigue caminando
por las avenidas.
Ése por el que todas mueren
y alguna murió
una vez.

La calma en el precipicio

Fue mal juzgado
y lo dieron inocente.
Ahora se pasea
por las calles de la ciudad
con la elegancia
de un atormentado.
Seguro que nadie sabe
que a él
le gustaría ser bueno.
Arrastra una guitarra
y algunas ojeras.
Lleva varios años
sobreviviendo
con ella.
No durarán mucho más.

Karma

Ella dijo: - "Me estás perdiendo"
- "No, te estoy malgastando
y eso me irrita." Respondió él.
Se derramó casi muerta
en sus rodillas,
él rió tan cruel...
- "Tranquila,
conozco varias formas
de joderte la vida
pero te voy a hacer feliz."

Los malditos

Las noches han dejado de seducir a los malditos,
ahora se levantan por la mañana,
se afeitan y se pierden entre las sábanas de la ciudad,
leen las instrucciones de los electrodomésticos,
compran coches que no saben conducir,
reciben correspondencia de entidades bancarias
e invitaciones de una sola noche a hoteles de lujo.
No entienden nada
y eso les gusta.
Viajan en avión y no repiten camisa jamás.
Y han dejado de fumar
(durante el día.)

Bendito Alain

Huyó del verano
como quien huye de un huracán,
dejó la puerta entornada al triunfo
con un cubo de agua sobre ella.
Se puso el pijama,
apagó una vela
y los tres móviles
que nunca sonaban.
Dejó caer un ramo de flores
sobre la alfombrilla
y abandonó su lado oscuro
para siempre.

Imágenes

Solange llora una muerte.
En una tienda de disfraces
una araña corretea
por una pieza de terciopelo rojo.
De noche, en la calle,
una cabina con el teléfono descolgado
bajo el sonido de la lluvia.
La habitación de una residencia
con las ventanas abiertas.
La calma en el precipicio.
Un cigarro se consume
a las tres de la mañana
en el botánico de un hotel
de una isla mediterránea.
En un restaurante,
un cocinero espera al cierre
con el murmullo de Moon River
en la radio.
Alain no volverá.