jueves, 18 de noviembre de 2010

La última plaga (Antes de ti)

Tantas verdades
ya empezaban a sonar peor que las mentiras.

Y las elipsis
Y los silencios
Dejaron de parecer sinceros
para sonar groseros
entre tanta nada
en medio de nosotros.

¿Has besado alguna vez a un muerto?
Yo sí.
Fue en la última plaga
(Antes de ti)

Cuando parecía que resurgía de mis cenizas
como Cracovia renaciendo cual ave fénix.

Y yo ya no sé
ni cuanto bien
ni cuanto mal
nos hicimos
pero a día de hoy
la diferencia entre bastante y suficiente
no me importa demasiado.

¿Sueles mentir?
No es necesario que digas la verdad.
Un malentendido me bastó
para entenderlo todo.

¿Y has besado alguna vez los labios de un muerto?
Yo sí.
Fue en la última plaga.
(Antes de ti)

Poco antes de conocerte, tan cerca,
a punto de morderle pero sin apenas llegarle a rozar.



Tanta indiferencia
empezó a dejar de tener gracia.

Y los reproches
Y las excusas
Empezaron a aflorar
para sonar patéticos
entre tanta mierda
en medio de los dos.

Y de las veces que te tragaba la tierra
y las tantas que me llevaban los demonios.

¿Has besado alguna vez a un muerto?
Yo sí.
Fue en la última plaga.
(Antes de ti)

¿Nunca has sentido haber metido los morros donde no debías?
Me quedé como una estatua.
La de un general alemán mandando retirar las tropas.
Después de haberle lanzado medio jardín zen a la cara.
(Ella no movió ni un labio)

Sí, ya sé
que no te calé muy hondo
pero tampoco ahondé demasiado.

Sin embargo tú
tuviste algún buen detalle conmigo
(entre muchos malos)

Nos quisimos querer tan poco
que al final no nos cogimos ni “cariño”
(“Entre comillas dolerá menos” pensé)

Desde que ya no me odias...

Tal vez con el tiempo.
Tal vez.


¿Has besado alguna vez los labios de un muerto?
Dicen que es como una despedida.
Pero tarde.