lunes, 4 de julio de 2022

Poeta nuevo bajo el sol

Estos textos hablan de una insatisfacción plena.”

- Así comenzó el discurso el poeta,

hablando por primera vez de su obra.-

¿Hay que defender acaso algo?” - continuó -

Creo, sinceramente, que en la mayoría de poemas

sueno demasiado afectado. Algunas voces expertas ya lo manifiestan.

Sin embargo, nunca he querido rectificar eso.

Soy honesto en esa aparente sobreactuación.

Más bien diría que los poemas son honestos respecto a mí.

¿Demasiado trillado? Sí, demasiado,

que la obra te posea, te elija y te retrate...

y no hay otra manera de explicarlo.

¿Qué quiero decir con eso? Muy sencillo: Cuando los escribo

estoy exactamente en ese pico de afectación. ¿Casual? Pero real.

Ni más, ni menos, y por eso, en el extremo está la virtud.

¿Nos entendemos?

Que no el virtuosismo. Pero sí el sismo, y el fracaso

o la muerte o el dolor o simplemente un amor.”

- Y continuó divagando sobre el miedo, la verdad o tantas cosas

que nos hacen vulnerables cuando hablamos -

A mí, la mayoría de la poesía no me gusta,

es demasiado personal, el género del onanista insatisfecho,

la viga que no se sostiene, la paja ajena en tu cara...

Grandes y celebrados autores que no me dicen nada,

y probablemente digan mucho

pero me aburren y hasta empalagan. Y es normal.

La poesía es como el olor corporal, te tiene que gustar demasiado

lo que esa persona transmite o supura o bien

te tiene que recordar mucho a ti...”

- Y varias veces se le fue el santo al cielo

y el santo volvió a por más

y del cielo a todas partes y además, empezaban los silencios

(gente pidiendo silencio)

Y con los nervios, llegaron demonios en forma de frases

hechas, pero mal hechas.

"Guerra avisada no mata borrachos" (demasiados en la sala)

Y se habló del triángulo dramático de Karpman, y de la importancia

de limpiar bien los mangos de las sartenes o de que antiguamente,

en Europa, los instrumentos musicales

se afinaban con los campanarios de las catedrales.

Y retomó el poeta la poesía, intentando ser un poco más cercano -

Creo que todos la tenemos a menudo ¿El qué?

Esa sensación de no quererte ir así a la cama ¿Cómo?

Lo sabéis, lo tenéis que saber. Esa sensación de que si te vas

así a la cama, sería como lanzarte de cabeza a un cubo de basura.

Y entonces lo descartas. Sí, descartas el final que te sentencia.

Esa noche te rebelas y te pones a escribir sin más, y a veces

sale algo que merece que te duela y te salvas

y cruzas al otro lado del puente.

¿De qué trata exactamente todo esto? Pues de nada realmente.

Y de todo más que nada si lo sientes. Es justo ese momento

en que agachas la cabeza confiado y abres el horno de gas

sin saber que llevaba horas encendido

y te pega un fogonazo en la cara. ¡Justo ahí! Y de repente, ¡estás vivo!

No es el fogonazo ni la cara. Es ese momento en que te quemas.

Eso o un beso. A la vez de complicado es muy sencillo.

La manera que tenemos de alejarnos y de volver como si fuéramos divinos.

O de cómo nuestro gato nos observa cuando hemos bebido demasiado.”