jueves, 31 de enero de 2013

El desplome

El ruido de las obras de la calle
en el borde más seguro de su cama
o el extremo más cercano a la muerte
donde el aire que se cuela te adormece.

El cristal de su ventana cuando tiembla
o el lado más tranquilo y silencioso
bajo la mitad del techo que se agrieta.

El calor y los mosquitos
o el crujido de esa viga ahí arriba.
El preludio del desplome
o la falsa alarma que no suena
ya tan falsa...

Acumular horas de insomnio
o dormir plácidamente bajo...



miércoles, 30 de enero de 2013

AMPUTADOS

Despertarte.
Anunciar que estás despierto
sin mirarte en el espejo
antes.
Levantarte del retrete
y escribir cualquier cosa
con tal de decir lo que sea.
La generación de la batería
el pleonasmo y la diarrea.
Querer estar en todos sitios
y no estar en ninguno.
Hablar de nada
con mucha gente
al mismo tiempo.
Rápido a ningún lugar.
Deprisa a ninguna parte.
Has comido esto
y te has comprado aquello.
Convertido en emoticono
de una sociedad de mancos.
¿Cuál será el próximo miembro?





martes, 22 de enero de 2013

La piedad peligrosa

Jugué a ceros y me quedé sin blanca.
La chica era una bromista
y me dejó una nota
en la habitación:
“Mejor muerto que pobre.”
Y otra frase retumbó en mi cabeza:
“La tierra nunca se va a mover para ti.”
Y arrugando el papel
me prometí mover el mundo
hasta volver a ella.
Mientras se instala a un lado de la mesa
percibo un pliegue nervioso
en la comisura de sus labios.
Acaba sentada frente a mí.
Lleva un vestido largo, color fucsia.
Ya han pasado unos años...
Me clava la mirada y ríe a carcajadas:
“¿Es efecto del vino
o es que estoy de buen humor?”
El director de la azucarera
la observa contrariado,
ella suelta su brazo
y me presenta en términos elogiosos
intentando burlarse de mí
para burlar el peligro.
Se acerca, se sienta a mi lado.
Resisto la tentación de rozar sus hombros.
Una vanidad casi infantil.
Los criados traen unos platos
para mí conocidos.
Caviar delicioso y helado,
faisán y sin cesar esos vinos
que aguzan voluptuosamente los sentidos.
“¡Aquí es donde quería llegar!” pienso.
Me sonríe tan cómplice...
- Bebe a mi salud antes de perder tu dinero
La agarro de la cintura...
- La tierra nunca se va a mover para mí
pero esta noche con tus caderas
haré que el mundo se dé la vuelta.

lunes, 14 de enero de 2013

Golden

Pasaron los días
después de que el tiempo se fuera
y el viento siguió soplando
con rachas fuertes.
Sentado en la repisa de la ventana
bebía una Bulldog
madera húmeda
terapia malsana
pocas ganas de verbena...
¿Estrellar la botella
o estrellarme con ella?
La vida es un teatro de pueblo
y Golden no es una camarera.

Pasarán las semanas,
el tiempo volverá para marcharse,
el mundo se habrá terminado
y el viento seguirá soplando
con rachas fuertes.
Caminaré hacia mi casa
pensando en mezclar
zyprexas y koalas
en la repisa de alguna ventana.
Y como siempre
Golden me salvará
en la puerta de la Guiness
invitándome a entrar
sin acordarse de que paso por allí
todas las noches.

Golden,
no me importa que no me recuerdes.
Prefiero que no lo hagas.
Recibo tu atención durante un rato.
Declino tu invitación.
Interpreto mi papel de cansado.
Nos despedimos siempre por vez primera.
Nos damos las buenas noches
como si fuera la única noche.
La mayor parte del día acaba en la basura.
El resto acaba aquí.