miércoles, 27 de junio de 2012

Bivolaru

La Esperanza era una bruja
y la Fe era una furcia.
Cuando la Esperanza
perdió sus poderes
la Fe bajó a la ciudad
en busca de carne y bienes.
Una vez llegó a Brasov
la violaron hasta robarle
sus métodos y perfeccionarlos.
Alguien que la conoció bien
se dio un festín de sangre
y de huesos.

En una granja, a las afueras
nada era tan malo
como muchos querían
que fuera:
Las mujeres recolectaban hojas
con forma de corazón.
Los hombres se rasuraban
hasta las venas.
Caída la noche
todos bebían palinka
y escuchaban a Trent D'arby.
Hacían el amor las veces
que no hacían el porno-yoga.
Fumaban hierba
y comían pasteles de corzo.

Una de las veces
mandó decapitar a los niños
y en el cuello amputado
enroscó ceniceros
y las cabezas rodaron
hasta la chimenea.
Y las llamas reprodujeron
en las paredes
las sombras del descalabro.
Platón se frotaba el infierno
en su retina
rindiéndose a Bivolaru.
Se fumó sus vidas
y se tragó el humo de sus almas.

viernes, 15 de junio de 2012

Me gustaría decirte
que ya no te echo de menos
que menos mal
que ya no te echo de algo
que ya no te echo de nada
que nada es nada
y tú eres eso.

Me gustaría que pensaras
que aunque monto en ascensores
que únicamente bajan
el infierno que me prometieron
no es tu ausencia
es esa especie de cosa
que tu memoria no alcanza.

Me encantaría escupirte
a la cara
que ahora alquilo el piso
a una estudiante de Malta
que me odia más que otras
mucho mejor que nada
que bajo a por sus apuntes
y le preparo el café
mientras me “mata”
que se deja meter doce
o los que hagan falta
que le digo que la quiero
y se lo traga.

Me gustaría despedirme
con un simple “hasta mañana”
y que mañana no exista
para que te des cuenta
que la vida son dos días
aunque la hicieran en siete.
Que aunque sigo bajando pisos
y el infierno me merece
no es tu ausencia la que quema
es otra cosa más rara
y que en plena bajada
sin tu permiso
me he visto dos cuentos
y que me quedan dos
y se acaba.

Me gustaría que supieras
que aunque monto en ascensores
que únicamente bajan
el infierno que me prometieron
no es tu ausencia
es tu recuerdo
y que te echo de menos
y que no hay estudiantes
de Malta
ni nada de eso
y aunque pienses que eres nada
no eres eso
eres todo
antes de que digas basta.




Y que la tecla del 7
se ha quedado enganchada.

sábado, 2 de junio de 2012

La fiesta fue una monada

La fiesta fue una monada.
La pobre rueca no podía hilar ni dos palabras.
La buena pipa bailaba con sus humos adolescentes.
Un pie estaba en el aire porque el otro lo apoyaba.
Fueron Lujo y Lujuria.
Las apuestas comenzaron a correr.
Los hasta entonces buenos mozos, tras ellas, olvidando sus
bandejas de canapés y todo protocolo.
Los rumores no tardaron en llegar.
Había un mago que no pudo hacer ningún truco porque tenía
calor y se quedó en camiseta.
Las mellizas Varicela y Virulana freían churros.
El sol brilló por su ausencia.
Más tarde cayeron tres gotas locas.
Cantó la negra Rosa ¡Fue celestial!
Me llevé buenas impresiones de algunos amigos tuyos,
después te las devuelvo.
Le saqué la ficha a varios también, esas me las quedo (a un
par los tuve que mandar a freír churros con las hermanitas).
Al divino botón lo invité al balcón a charlar, porque justo en
ese momento cantaron el feliz cumpleaños y me quedé sin el
pan y sin la torta.
Un poco después llegaste vos.
De repente Varicela dijo: “¡Me siento mal!”
¡¡Y claro... había puesto las piernas en el respaldo!!
Estuvo muy divertida, pero al final se cortó la onda con los
seres queridos, no quedó ni un alma, ni un cuerpo.
Además ni a Sol ni a Sombra le gustaron tus chistes.
Mañana la calavera no chillará pero el cocodrilo nunca va a
llorar en serio.



Alelí Manrique