martes, 2 de octubre de 2018

Puede que me equivoque, 
pero existe un momento en la vida,  
sólo un momento, en que somos conscientes  
de que somos genios o enamorados.  
O una cosa u otra, imposible ambas.  
Y cuando ese momento llega  
tenemos la vaga certeza  
de que arrastraremos nuestra carga,  
sea la que fuere, hasta el final de los días.  
Yo superé ya el momento.  
Sé que nunca alcanzaré las cimas de la genialidad 
 y lo más abrumador, acongojante aun,  
sé que el momento del amor  
se escurrió entre mis dedos para siempre. 
Así, ni tengo nada ni espero nada.



CHUSÉ IZUEL