viernes, 16 de mayo de 2014

Agujero negro

La Señorita Asperger se cuela en mis sueños.
Me espera para comer, en una terraza, sentada.
Hago que no la veo, paso de largo. He muerto.
Ante mi evasiva: De ella, ni una mueca.
Lo pienso mejor y vuelvo. A contraluz. Revivo.
Su imagen, un negativo, en mis ojos.
Invierto la realidad para nosotros: Un sueño.
Hasta aquí ¿qué error nos ha traído?
El día es espléndido. Hablamos poco.
Una zarzuela en las calles, irrumpe y la luz...
Bajo el sol no somos nulos. Lo sentimos.
A morir aquí me quedaría, sin pensarlo. Pero pienso:
Para cuando anochezca, ya habré regresado
a Anhedonia. Horriblemente solo.