No
tengo hambre.
Que
coman los hombres felices.
Ésos
que se divierten.
Que coman en abundancia.
Que coman en abundancia.
Que
se coman todas las perdices
de
la última temporada de caza.
Que
coman con entusiasmo
que
disfruten y celebren
sus
vidas llenas de gracia.
Que
coman y coman
y
no dejen nada.
Que
se lo coman todo
y
revienten.
Yo
me haré un vaso de leche
y
me iré para la cama.
¡Que
se mueran los felices!
Que
se mueran para siempre.
Y que
en sus lápidas no haya
ni
una palabra triste.