Desángel
Esa mujer vestida de prosa,
vacía de contenido, hueca, sin historia.
Como un ataúd esperando cadáver.
La sombra que aspira
a ser tu sombra
y nunca dejará que escapes
de su universo elegante.
Por esas venas esquimales
ya fluyen algunos muertos.
¿Sueñan los androides? - Me pregunto.
Comienza el despiece.
Por partes
Se acabó la función.
Gramática para ciegos.
Sacudimos el mantel
bruscamente contra el techo.
Todo vuela por los aires,
lo que sobró de las sobras.
Los puntos de sutura,
las comas etílicas,
las tildes ninfómanas,
los acentos andaluces
y las haches inspiradas.
¡Todas mis amadas
van con hache!
Nunca una A desangelada.
¿Que quién fue Jack el Destripador?
Sir Arthur Conan Doyle, de nada.
Premio Nobel de la luz
El cielo está amarillo
y suena Haley Fohr
mientras bebo rachiu de frutas,
80 grados al sol.
Recuerdo su último beso,
una pasta fermentada
intentando inocular
feniletilamina a un muerto
como si fuera a un chaval.
El cielo está amarillo
y suena Meredith Monk.
Mañana la mataré.
Revelación
Una revelación a estas alturas.
Un golpe seco en la cabeza.
Una vuelta más de tuerca.
Y la enésima certeza.
Con todo mi amor:
Nunca te quise de verdad.
Si de verdad la verdad existe.
Tendrás que olvidarte
de todos los besos.
Nunca se desperdició tanta baba
para quedarse tan vacío por dentro.
Una retirada tarde.
Una derrota al alcance.
Ganas de joderte.
Ansias de vengarme.
Muy a mi pesar:
Nunca me quisiste de verdad.
Porque esas cosas se saben
y nunca me supo a nada.
Se acabó.
Pudo estar mejor.
Pero no estuvo mal.
Y empiezo a dudar de mí
porque parece mentira
que con todas las veces
que te dije “te quiero”
en verdad no te quisiera.
Y quiero acabar con esto,
si me dejas concluir,
si me concedes un verso
me querría despedir
con la última sentencia,
donde la verdad
de verdad es cierta:
Nunca me hiciste reír.
Aspiración a una estrella
De lo que pudo ser
a lo que es
y a lo que nunca será.
La pérfida enana marrón
aspiraba a ser estrella.
Con sus ojos de reptil
y su vocecita sedienta.
Un poco más que una nube
poco menos que un cometa.
Donde inocua e inicua
cortan como una sola.
Donde el desprecio es la fuente
de todas las esperanzas.
Mira arriba, ¿No ves nada?
Pues agacha la cabeza.
Los hornos brillan
como cielos incandescentes.
Ahora, mi fantasma
tan cerca de tu sombra...
Ya sabes para qué sirven las mentiras.
Puta psicópata de mierda.
Himno a Satán (Leopoldo María Panero)
Tú que eres tan sólo
una herida en la pared
y un rasguño en la frente
que induce suavemente a la muerte:
tú ayudas a los débiles
mejor que los cristianos
tú vienes de las estrellas
y odias esta tierra
donde moribundos descalzos
se dan la mano día tras día
buscando entre la mierda
la razón de su vida;
yo que nací del excremento
te amo
y amo posar sobre tus manos delicadas mis heces.
Tu símbolo es el ciervo
y el mío la luna:
caiga la lluvia sobre
nuestras faces
uniéndonos en un abrazo
silencioso y cruel en que
como el suicidio, sueño
sin ángeles ni mujeres
desnudo de todo
salvo de tu nombre
de tus besos en mi ano
y tus caricias en mi cabeza calva
rociaremos con vino, orina y sangre
las iglesias
regalo de los magos
y debajo del crucifijo
aullaremos.