jueves, 20 de agosto de 2020

Por si alguien sabe algo

Me derretía cada vez que pasaba por delante de ella, 

como la tarrina de helado que compraba, por comprar algo… 

199 pesetas por una sonrisa, demasiado barato. 

Su caja, un altar al que iba a rendir culto,  

ella tan diosa, yo tan cobarde… 

La venus de los ojos verdes que luego parecían azules, 

el tonto de los helados... 

Han pasado veinte años, yo tenía 19, ella 25, 

o quién sabe, 24… 

La calle sigue allí, los coches, el supermercado… 

A veces vuelvo y la veo. 

Es imposible no verla. 

A veces vuelvo por si acaso. 












lunes, 17 de agosto de 2020

… o puede acaso compararse un amor heroico 

con, tal vez, veinte años de muermo ininterrumpido? 

¿Puede acaso compararse el lustre de la gloria 

con estas aguas turbias que somos del olvido? 




Rafael Berrio