“Aquí estoy, nuevamente.
He pensado que podrías venir conmigo.
Nos fugaremos al Cabo de Finisterre
en mitad de la pandemia
y mientras la Guardia Civil
peine la costa
te haré el amor contra los acantilados.”
Pero sólo pude decir:
- ¿No cerráis a mediodía?
Después de comprarle el tabaco.
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