Pese a llevar la mascarilla
y estar envuelta en plástico
no podía ocultar su belleza
y su mal humor por la incidencia.
(Dos horas antes, yo había llamado
a la compañía eléctrica.)
Mientras encendía una linterna
me pregunta:
- ¿A qué te dedicas?
- Soy poeta – Mi respuesta
(Cara rara) - ¿Y de electricidad nada?
- Bueno, construyo metáforas con los diferenciales
y hago rimar los trifásicos con los monofásicos.
Se le empañó la pantalla y sus pestañas se afilaron
en una mirada virulenta, digna de una pandemia.
- Eso, aguántate la risa, no vayas a contagiarme.
Y la luz volvió al instante.
No hay comentarios:
Publicar un comentario