jueves, 25 de julio de 2013

El peor momento del año

Ese momento
ahorcará el resto de mis días
porque un pedazo de mi sombra
se quedó enganchada
en la esquina de tu calle.
Trece de junio, el universo y 2013
y todo
se interrumpió en un sueño
cuando el ruido de una persiana
quebró el silencio de las doce.
Yo levanté la cabeza
en esa tonta inercia de buscarte
por muy claro que tuviera
que no iba a volver a verte
(más claro que la certeza
que no existen los fantasmas
que no hay retorno al pasado
ni versos desencajados
ni más cielos en cólera.)
Al bajar la mirada
ahí estabas,
sujetando una bicicleta
caminando hacia mí,
atravesando la noche.
Yo aspiré tan hondo
que el aire se quedó sin oxígeno
y el destino sin respuesta.
Sólo pudimos mirarnos
y en aquel momento tan triste
nuestras sombras se rozaron.
Yo acuchillé al destino
sin esconder el cadáver
huyendo de una señal,
un atisbo insoportable;
con las ganas que tenía yo de hablarte..
Todos los días paso
recordando aquella noche
imaginando encontrarte
y maldiciendo a los astros.
Trece de junio, el universo y la suerte.
Allí, por fortuna
el peor momento del año
fue el mejor de todos los tiempos
(de los últimos tiempos
y de los próximos años.)





 

No hay comentarios: