sábado, 2 de junio de 2012

La fiesta fue una monada

La fiesta fue una monada.
La pobre rueca no podía hilar ni dos palabras.
La buena pipa bailaba con sus humos adolescentes.
Un pie estaba en el aire porque el otro lo apoyaba.
Fueron Lujo y Lujuria.
Las apuestas comenzaron a correr.
Los hasta entonces buenos mozos, tras ellas, olvidando sus
bandejas de canapés y todo protocolo.
Los rumores no tardaron en llegar.
Había un mago que no pudo hacer ningún truco porque tenía
calor y se quedó en camiseta.
Las mellizas Varicela y Virulana freían churros.
El sol brilló por su ausencia.
Más tarde cayeron tres gotas locas.
Cantó la negra Rosa ¡Fue celestial!
Me llevé buenas impresiones de algunos amigos tuyos,
después te las devuelvo.
Le saqué la ficha a varios también, esas me las quedo (a un
par los tuve que mandar a freír churros con las hermanitas).
Al divino botón lo invité al balcón a charlar, porque justo en
ese momento cantaron el feliz cumpleaños y me quedé sin el
pan y sin la torta.
Un poco después llegaste vos.
De repente Varicela dijo: “¡Me siento mal!”
¡¡Y claro... había puesto las piernas en el respaldo!!
Estuvo muy divertida, pero al final se cortó la onda con los
seres queridos, no quedó ni un alma, ni un cuerpo.
Además ni a Sol ni a Sombra le gustaron tus chistes.
Mañana la calavera no chillará pero el cocodrilo nunca va a
llorar en serio.



Alelí Manrique

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