viernes, 15 de junio de 2012

Me gustaría decirte
que ya no te echo de menos
que menos mal
que ya no te echo de algo
que ya no te echo de nada
que nada es nada
y tú eres eso.

Me gustaría que pensaras
que aunque monto en ascensores
que únicamente bajan
el infierno que me prometieron
no es tu ausencia
es esa especie de cosa
que tu memoria no alcanza.

Me encantaría escupirte
a la cara
que ahora alquilo el piso
a una estudiante de Malta
que me odia más que otras
mucho mejor que nada
que bajo a por sus apuntes
y le preparo el café
mientras me “mata”
que se deja meter doce
o los que hagan falta
que le digo que la quiero
y se lo traga.

Me gustaría despedirme
con un simple “hasta mañana”
y que mañana no exista
para que te des cuenta
que la vida son dos días
aunque la hicieran en siete.
Que aunque sigo bajando pisos
y el infierno me merece
no es tu ausencia la que quema
es otra cosa más rara
y que en plena bajada
sin tu permiso
me he visto dos cuentos
y que me quedan dos
y se acaba.

Me gustaría que supieras
que aunque monto en ascensores
que únicamente bajan
el infierno que me prometieron
no es tu ausencia
es tu recuerdo
y que te echo de menos
y que no hay estudiantes
de Malta
ni nada de eso
y aunque pienses que eres nada
no eres eso
eres todo
antes de que digas basta.




Y que la tecla del 7
se ha quedado enganchada.

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