Cielos que fingen estrellas,
sueños que suenan a un chaparrón.
Besos que saben a arena,
palabras que mueren en un ascensor.
Y la inercia que se instala
y no pregunta si puede,
como un gato en tu guarida
que te conquista por siempre
y te roba el corazón.
Una indolencia que duele
como una llamada
que dejas que suene
sin una razón.
Cartas antiguas que tienen
mucha más vida
que toda la red de contactos de hoy.
Frases sin alma
que siempre repiten que hay solución.
Cada día es diferente,
eso dicen, cada día, sale el sol.
Esperanza cada ocho horas,
cada 24, decepción.
¿Que la vida iba en serio?
¡No me jodas!
Que la vida era una broma
de mal gusto, ya lo entiendo.
Pide otra y vámonos.
Ya me conozco la historia.
Ya me conozco la historia.
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