Un
local en la Gran Vía:
“LLUVIAS
DE ABRIL”
Ropa
de diseño,
exclusividad
y moda.
En la
puerta
la
dependienta fuma
con
avaricia.
Más
seria que un lunes
a
primera hora.
Demasiado
aluminio
para
una mirada tan fría.
Viñeta
que perece.
Historia
que declina.
Entonces
alguien la llama:
“¡ROCÍO!”
Y
todo tiene sentido.
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