lunes, 11 de enero de 2010

Dimisión

Dimito
de mi vida
de su cargo
y de su lado
menos malo.
Disiento de mí mismo
y lo siento
y me marcho
sin tenerlo nada claro
deseando
conseguir una demora
por las próximas
dos horas.
Aterrado.

Dimito
merendándome
las migas
moradoras
de la suerte
esperando
que la vida
pueda alzarse
ante la muerte
en las próximas
dos horas.
Condenado.

Dimito
de mi vida
de su total fracaso
y de las veces
que a veces
fueran menos fiasco.
Del amarillo
y del seis
de la esencia
de las cosas
del uno, de junio
y de las próximas
dos horas.
Sentenciado.

Dimito
del delito
de no quererme vivo.
Pongo mi cargo
a disposición
de una bala
y que esta atraviese
todas las migrañas
que me esparcen
el terror
en este trance
y no me dejan firmar
la baja voluntaria
salpicada en un papel.
Irrevocable.

1 comentario:

dulcesangrar dijo...

No se admiten....Dimisiones...