Flotábamos en el turbio y pomposo vaho
de la neblina que envolvía la pista Zero.
Soñábamos formas cuneiformes
en paredes pintadas de caras pegadas
a muros formados por rostros malvados.
Abríamos puertas en zonas siniestras
bajando escaleras, llegando a la meta
de la meta, de la meta...
- ¡El rincón de las chaquetas!
- Tú riendo- Yo asustado.
¡Las tarjetas de los bancos por los suelos,
un neceser derramado, un perfume roto
demasiado caro, mezclándose entre los bolsos!
Un pintalabios negro rodando hasta mis zapatos
marca Fuck! y vaselina.
Una foto de tus tetas sin venir a cuento
en mitad del desconcierto.
Y un mordisco del destino entre las piernas.
- Al amor se le paga en efectivo -
(Tu frase sonó entre los muertos)
Y a punto de revivirlos...
Mis labios apretaron en los labios
de tus labios, por abajo.
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