lunes, 29 de enero de 2018

Reino

Tu mirada afilada, 
el diamante por pulir que no se deja. 
Tu corazón, una roca de lava. 
Y a lo lejos, 
la luna, de despedida, 
ese mármol, 
sarcófago aguardando en el cielo. 
Y las estrellas, 
todos nuestros sueños esparcidos, 
explotados en castillos y palmeras. 
Y tus labios, 
el verso suelto de mi antología. 







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