martes, 24 de septiembre de 2013

Ingravidez

Desde la ingravidez
de este cielo anestesiado.
Desde la ingravidez
de un mundo
que ya ha claudicado.
Desde la ingravidez
de nuestro último adiós.
Desde la insensatez
de no querer olvidarte otra vez.

Parece innecesaria
esta necesidad
que necesito
como los mares
la ingravidez
del infinito.

Te quiero como un gato ama la infidelidad.
Te quiero como un peso pluma sin posibilidad.

La ingravidez de nuestro amor a veces pesa.
La pequeñez del corazón de las promesas...

Este desesperar.
Este saber que no hay remedio.
Este deambular por la vida.
Este intermedio.
Este atisbo de vejez
del presente al sonreír.
Esta desnuda ingravidez
que me trae tu nombre otra vez.

Te quiero de esta forma tan rara de querer.
Te quiero por tus ojos que siempre me obligan a volver.

No pediré ya nada
que pueda conseguir.
Tan sólo el asombro
distraído de vivir.

La ingravidez de nuestro amor a veces pesa.
Y esta embriaguez de eternidad sobre la mesa...




Diego Vasallo


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