Tus estrepitosas "hazañas"
que alteraban a la mayoría
a
mí me hacían sonreír.
Tus locuras endiabladas,
tu
desprecio por el orden,
tus manías persecutorias
hacia ti,
tus públicas fechorías,
tus ardides para el robo de un papel,
tus controvertidas frases,
tus hiperbólicas risas,
tu
provocación continua,
tu
tridimensional firma,
tu
maravillosa sonrisa...
¡Qué años más bellos!
y
qué podrido está todo aquello.
Ahora el loco soy yo.
Tú
me evitas.
Sácame los ojos, te lo ruego
¡pero habla!
Descerebrado y obsesivo
sólo por intentar buscar
la
explicación
de
porqué me evitas
y
evitarás
hasta el trazo de tus huellas
a
mi tumba.
1 comentario:
Vaya!!
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