Guinea Pig
Último
aviso: No volveré a ser el mismo.
La
escayola tornó amarillo.
Las
hadas, moscas.
Valencia
en Gotham.
Último
aviso.
Gotham, Valencia
Aquí
la lluvia
es
una botella de champán
recién
abierta
sin
nada que celebrar
a
punto de caer al suelo.
Una
explosión de murciégalos
reinando
la ciudad de las cenizas.
La
he respirado, la he bebido
y
ahora la escupo.
No
por ser un asesino
se
es peor persona.
No
por ser persona
se
es mejor ser vivo.
“Hasta
aquí llegó el agua”
por
toda la ciudad reza.
Y
hasta aquí mi paciencia.
Gotham,
Valencia.
Eskenazi
El
demonio tomó su cuerpo
y
adoptó un apellido judío
con
terminación antisemita.
Recorrí
sus entrañas.
Del
cielo de Madrid
a
la luna de Valencia.
Bailé
su agua turbia
y
reventó el firmamento.
Dormí
la siesta de los cobardes.
Soñé
que viajaba
a
través del aguacero.
De
Madrid al cielo
y
de Valencia a la luna.
Un
ángel caído
que
cae demasiado cerca
desgarrado
entre sus garras.
Desperté
esposado a un guante
con
una copa de cava
y
entre fuegos de artificio
y
la luna en llamaradas
brindé
por el asesino.
Se llamaba Terry
Lee
Me
llevan detenido.
Me
arrinconan en un sótano.
Cuelga
del techo una bombilla.
Parpadea
entre las moscas.
La
humedad nos envuelve.
Las
paredes gotean.
Un
hálito irrespirable.
El
sudor constante.
Puñetazo
en la mesa.
Preguntas,
preguntas, preguntas…
Bolígrafos
por todas partes.
Dos
fotografías, un guante.
Un
mapa de Madrid. Valdemorillo.
Travesía
de los coches.
Un
trozo de piel de serpiente.
Una
bofetada.
Y
preguntas. Y más preguntas…
Un
dossier titulado Eskenazi.
No
recuerdo nada.
¡NO
CONSIGO RECORDARLA!
Sólo
recuerdo su nombre.
-
¿Cómo se llamaba?
- Se llamaba Terry Lee.
Led Er Est (La
lluvia y memoria)
Una
sombra cruza el puente
bajo
la eterna cascada.
La
que se ahoga aún nada.
La
acción de las gotas
humaniza
las estatuas.
Un
reguero de óxido hace
que
las gárgolas sangren.
Un
coche para
en
un semáforo en verde.
Suena
música en la radio.
Una
mezcla siniestra
de
tormenta y de pasado
de
pasado atormentado
de
homicidio voluntario
huyendo
de la memoria
en
perfecta ceremonia
con
el cielo de Valencia, derramado.
Lady Lazarus
Todo
sobre mí
lo
sabía mejor que yo.
Sus
rasgos eran de una extraña raza exótica.
Se
llamaba Terry Lee
y
se apostó la vida
a
que conseguiría matarme
antes
de San José.
Y
antes del 19
conseguí
reducir
a
cenizas su cadáver.
He
vuelto.
Salí
vivo.
Y
sin embargo se mueve.
La destrucción
A
mi lado, sin tregua, el Demonio se agita,
flotando
como un aire impalpable.
Lo
trago y noto cómo abrasa mis pulmones,
llenándolos
de un deseo culpable e infinito.
Ch.B